El 9 de agosto se conmemora en México el Día Nacional de la Lucha contra el Cáncer Cervicouterino, una fecha que nos invita a reflexionar sobre esta enfermedad que afecta a miles de mujeres en nuestro país, siendo la segunda causa de muerte por cáncer en mujeres según datos de la Secretaría de Salud. Cada año, se diagnostican más de 13,000 nuevos casos y se estima que ocurren 4,500 fallecimientos.

Pero, ¿Qué es el cáncer cervicouterino y en dónde se desarrolla?
El cáncer cervicouterino, es una enfermedad maligna que afecta al cuello del útero, que es la parte inferior y estrecha ubicada en la parte superior de la vagina. El cuello uterino conecta el útero con la vagina y desempeña un papel importante en la reproducción.

Este tipo de cáncer se origina en las células del revestimiento del cuello uterino, y su desarrollo suele ser lento, pasando por diferentes etapas antes de convertirse en un cáncer invasivo. Las células anormales se multiplican y crecen descontroladamente, formando tumores que pueden invadir los tejidos circundantes y, en etapas avanzadas, pueden esparcirse a otras partes del cuerpo.

Como el útero, la vagina, los ligamentos uterinos y los ganglios linfáticos pélvicos. En etapas avanzadas, puede llegar a órganos distantes, como los pulmones, el hígado o los huesos, mediante metástasis.

 

FACTORES DE RIESGO 

1. Virus del Papiloma Humano (VPH): La infección persistente por ciertos tipos de VPH, especialmente los tipos de alto riesgo, es el principal factor de riesgo para desarrollar cáncer cervicouterino. El VPH se transmite principalmente a través de relaciones sexuales.
2. Historia de infecciones de transmisión sexual (ITS): Las mujeres que han tenido infecciones de transmisión sexual, como clamidia, gonorrea o herpes genital, tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer cervicouterino.
3. Comportamiento sexual de alto riesgo: Tener múltiples parejas sexuales o tener relaciones sexuales a una edad temprana aumenta el riesgo de exposición al VPH y, por lo tanto, al desarrollo de cáncer cervicouterino.
4. Tabaquismo: Fumar tabaco debilita el sistema inmunológico y puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer cervicouterino en mujeres infectadas con el VPH.
5. Sistema inmunológico debilitado: Tener un sistema inmunológico debilitado debido a condiciones como el VIH/SIDA, el uso prolongado de medicamentos inmunosupresores o un trasplante de órganos aumenta el riesgo de desarrollar cáncer cervicouterino.
6. Antecedentes familiares: Tener antecedentes familiares de cáncer cervicouterino puede aumentar ligeramente el riesgo de desarrollar la enfermedad.

 

SÍNTOMAS IMPORTANTES DE DETECCIÓN 

En las etapas tempranas, el cáncer cervicouterino generalmente no presenta síntomas evidentes. Sin embargo, a medida que la enfermedad progresa, pueden surgir algunos signos y síntomas que pueden alertar sobre la presencia del cáncer cervicouterino. Estos pueden incluir:

• Sangrado vaginal anormal: Puede manifestarse como sangrado entre períodos menstruales, después de tener relaciones sexuales, después de la menopausia o sangrado menstrual más abundante o prolongado de lo habitual.
• Dolor durante las relaciones sexuales: Sentir dolor o molestia durante las relaciones sexuales puede ser un síntoma de cáncer cervicouterino avanzado, ya que el tumor puede afectar los tejidos cercanos.
• Flujo vaginal anormal: Un flujo vaginal inusual, como un flujo acuoso, con mal olor o con presencia de sangre, puede ser un síntoma de cáncer cervicouterino.
• Dolor pélvico: Experimentar dolor o molestia en la región pélvica, que puede ser constante o intermitente, puede ser un síntoma de cáncer cervicouterino avanzado.

 

PRUEBAS DE DETECCIÓN 

Existen dos pruebas de detección principales utilizadas para el cáncer cervicouterino:

1. apanicolaou: Esta prueba consiste en tomar una muestra de células del cuello uterino para su análisis en un laboratorio. Durante el examen ginecológico, se utiliza un espéculo para abrir suavemente la vagina y permitir el acceso al cuello uterino. Luego, se toma una muestra de células raspando suavemente la superficie del cuello uterino con una espátula o un cepillo. La muestra se coloca en una lámina de vidrio y se envía al laboratorio para su análisis. La citología cervical puede detectar células anormales en el cuello uterino, lo que puede indicar la presencia de cambios precancerosos o cáncer.
2. Prueba de detección del virus del papiloma humano: Esta prueba se basa en la detección del ADN o ARN del VPH, que es el principal factor de riesgo para el desarrollo del cáncer cervicouterino. Al igual que en la citología cervical, se utiliza un espéculo para acceder al cuello uterino y se toma una muestra de células. Esta muestra se envía al laboratorio para su análisis y se busca la presencia de ADN o ARN del VPH. La prueba de VPH puede identificar la presencia del virus antes de que se produzcan cambios celulares anormales en el cuello uterino.

 

En algunos casos, se puede realizar una combinación de ambas pruebas para una detección más precisa. Estas pruebas de detección generalmente se recomiendan para mujeres a partir de los 21 años de edad y se realizan de manera periódica según las pautas médicas y la historia individual de cada mujer.

Ya lo hemos comentado en blogs anteriores, actualmente existen nuevas e innovadoras maneras de combatir diferentes tipos de cáncer, en el caso del cervicouterino existen tratamientos específicos, pero como en todos los casos, siempre es importante una evaluación previa para saber cuál es el más conveniente. 

Terapia fotodinámica: Este tratamiento utiliza una combinación de un agente fotosensibilizador y luz de alta energía para destruir las células cancerosas. El agente fotosensibilizador se administra por vía intravenosa y se acumula en las células cancerosas. Luego, se aplica luz de alta energía en el área afectada, lo que activa el agente fotosensibilizador y produce reacciones químicas que dañan y destruyen las células cancerosas.

Radioterapia de intensidad modulada (IMRT): La radioterapia es un tratamiento común para el cáncer cervicouterino, y la radioterapia de intensidad modulada es una técnica innovadora que permite una administración más precisa de la radiación. Se utiliza un sistema de radiación en tres dimensiones para administrar dosis altas de radiación al tumor, mientras se minimiza la exposición de los tejidos sanos circundantes.

Inmunoterapia: La inmunoterapia es un enfoque terapéutico que estimula el sistema inmunológico del cuerpo para que reconozca y ataque las células cancerosas. En el caso del cáncer cervicouterino, se están desarrollando y probando terapias que involucran la administración de medicamentos que mejoran la respuesta inmune contra el tumor, como los inhibidores de puntos de control inmunitario.

Terapia dirigida: La terapia dirigida es un enfoque terapéutico que utiliza medicamentos u otras sustancias para atacar específicamente las características moleculares únicas de las células cancerosas. Se están investigando y desarrollando terapias dirigidas para el cáncer cervicouterino que se enfocan en alteraciones genéticas o proteínas específicas presentes en las células tumorales.

 

LA PREVENCIÓN COMO CLAVE DE UNA VIDA PLENA

• Vacunación contra el VPH: La vacuna contra el virus del papiloma humano es una herramienta clave en la prevención del cáncer cervicouterino. Se recomienda la vacunación a niñas y adolescentes antes de su inicio sexual, ya que es en esta etapa cuando se obtiene la máxima protección.
• Realización regular de pruebas de detección: La detección temprana del cáncer cervicouterino es esencial. Se recomienda realizar pruebas de detección, como la citología cervical (prueba de Papanicolaou) y la prueba de detección de VPH, según las pautas médicas.
• Uso del condón: El uso correcto y consistente del condón durante las relaciones sexuales puede ayudar a reducir el riesgo de exposición al VPH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS) que pueden aumentar el riesgo de cáncer cervicouterino.
• Prácticas sexuales seguras: Limitar el número de parejas sexuales y evitar tener relaciones sexuales a una edad temprana puede disminuir el riesgo de contraer el VPH y, por lo tanto, reducir el riesgo de cáncer cervicouterino.
• Evitar el tabaquismo: El tabaquismo ha sido asociado con un mayor riesgo de desarrollar cáncer cervicouterino en mujeres infectadas con el VPH. Evitar fumar y evitar la exposición al humo de segunda mano puede ayudar a reducir el riesgo de la enfermedad.
• Mantener una buena higiene íntima: Mantener una buena higiene íntima es importante, pero es fundamental evitar el uso de duchas vaginales, ya que pueden alterar el equilibrio natural de la flora vaginal y aumentar el riesgo de infecciones.
• Consultas médicas regulares: Realizar consultas médicas regulares con un ginecólogo u otro profesional de la salud especializado es esencial para recibir orientación adecuada, seguir las recomendaciones de detección y recibir información sobre cómo reducir el riesgo de cáncer cervicouterino.

 

No hay mejor manera de prevenir que tomando medidas que no nos lleven a estos escenarios, para todo lo demás, en Supplink somos expertos y contamos con profesionales en el asesoramiento y guía de un tratamiento completo para esta y otras afecciones relacionados al campo oncológico, urológico, hematológico y endocrinólogo.

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Fuentes: 

https://www.gob.mx/salud/acciones-y-programas/cancer-de-cuello-uterino

https://www.gob.mx/imss/articulos/epidemiologia-del-cancer-cervicouterino?idiom=es

https://www.canaldelcongreso.gob.mx/noticias/9572/Declaran_el_9_de_agosto_cmo  _Da_Nacional_cntra_el_Cncer_Cervicuterino#:~:text=El%20dictamen%20que%20declara%20al, Senado%20para%20sus%20efectos%20constitucionales.

https://www.cdc.gov/spanish/cancer/cervical/basic_info/diagnosis_treatment.htm#:~:text= Los%20tratamientos%20para%20el%20c%C3%A1ncer,c%C3%A1nceres%20del%20aparato%20reproductor%20femenino.

 

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